martes, 1 de junio de 2021

Alquiler

 ¡Pagá el alquiler, hijo de puta!


le grité al cago 


que no se quería ir.

sábado, 8 de mayo de 2021

Bife de hígado

Cuando tuve covid, confieso, estuve feliz de haberme asegurado de comprar algo de bife de hígado. Ja! E' ahora o nunca, me dije ni bien tuve fiebre. Y ahí nomá' agarré cebolla, hice todo lo que había que hacer. Todo marchaba según Paulina cocina.

El olor era algo que no inundaba la sala. Las veces que laburé Jom Office con la casa en una baranda que, puff. Ya no. Ya era. Allá está oliendo la casa.

Obvio, me hice un puré a full con todo... La cosa era extraña, amo al puré. Pero, bueno, así es la vida con Covid Sandrini y Susana Corona. Yo me mandé igual. Total, no le iba sentir el gusto a ese hígado de mierda. La única forma de comer esa cosa horrible, al fin, al fin.

¡No más arcadas!

martes, 4 de mayo de 2021

Arroz frito

 El día que me enamoré de vos fue cuando a las 5 am y medio escabio hiciste arroz frito y fue lo mejor del mundo.

miércoles, 31 de marzo de 2021

El infierno

 El infierno es una síntesis perfecta de sujeto y predicado. Suele pensarse, sin embargo, como un lugar. Y tiene sentido. Bah, a mí me cuesta pensar al sujeto sin un lugar. Incluso, qué sé yo, el Ser reposa en la nada, y Dios es una mezcla rara porque quiere serlo todo, quiere ser la nada también porque Dios no puede ser solamente el Ser, tiene que serlo Todo. Absorber la Nada, trascenderla. Dejar de reposar en otro lugar tan ontológico como él. Eso es herejía. Así de tanto quererlo todo Dios es un Ser que no puede reposar en la Nada porque necesita absorberla y bueno, un Ser sin lugar es una mentira, ni siquiera la Nada. La Nada es Nada, y una Mentira es algo, un Ocultamiento, la falsedad del Ser y lo Todo. Dios es un pensamiento humano, el parche de lo Uno, de lo Todo, del Centro del Universo. Es una mierda. Con mayúsculas: Mierda.

Bueno, pero acá pensábamos al infierno y me desvié pensando al Dios. Supongamos que existe el infierno, yo creo que es un lugar y un estado del sujeto, un mal-estar en un mal-lugar. Ese malestar es quebrar de la borrachera, es un pico de algo que te lleva a vomitar todo el tiempo, a destriparte desde la boca. Chuñar ácido. Chuñar humillantemente. Chuñar dolorosamente. 

Es la vez que la cagaste. 

Pausa: Si no la cagaste de esta manera, bue, te felicito. Bah, no sé, ¿supongo? ¿Alguien quiere una birra? 

Digo, para brindar por la santidad. 

En fin.

Ya tenemos el estado de la persona condenada. No es el mejor estado del mundo. Es cuando el vómito explota, si tratás de contenerlo, y salpica para todos lados a ese pancho de mierda que te comiste hace apenas un rato. 

Porque, obvio, en el infierno vomitas salchichas que masticaste con la lluvia de papas que te alegró y los kilos de mayonesa Benirdom que se te ocurrió lanzar encima apretando el pomo después de agitarlo por 30 segundos con todas las ganas. Splash. Migas babeadas y encremadas en bilis con mayonesa y restos de salchichas. papas fritas todavía visibles estrellándose contra tus manos y contra la remera chivada por el calor que ya daba asco.

El lugar es un baño que huele a gel y a meo. Todavía resiste, pero vos... Vos te inclinaste sobre el meo de alguien, ya está. Tus manos lo tocaron y tus rodillas en el suelo ya se habían mojado antes que tu vómito las salpique. 

Por lo menos no es un cago, la frenada está ahí. Delante tuyo y tus ojos la vieron justo antes de vomitar. Fue lo último que vieron. Pero tus rodillas al menos se hunden en el meo. 

Calentito.

Calentito como el chorro que sube por tu garganta. 

¡BGgggruajjjjj!

Esto se repite constantemente, porque el infierno también es ese momento. En loop. Eternamente, para siempre de y vivieron infelices para siempre, vomitando salchichas muy grises.

¡BGgggruajjjjj! ¡Blurpppp! Arcadas. ¡Bgggruajggg!